sábado, 5 de enero de 2013

MADURO VS CABELLO: ERA POST CHAVEZ

MADURO NEGOCIA CON U.S.A. LA VUELTA DE LA DEA A VENEZUELA PARA ACORRALAR A CABELLO


Maduro negocia con EE.UU. la vuelta de la DEA a Venezuela para acorralar a Cabello


Cabello figura en informes norteamericanos como gestor de la red de narcotráfico en el que están implicados varios generales venezolanos. Este se defiende atacando a Maduro al que considera una marioneta de los hermanos Castro



Nicolas Maduro se encuentra en negociaciones secretas con Estados Unidos para recomponer las relaciones entre ambos países, algo que podría ayudarle a reforzar su perfil al frente de Venezuela. Un emisario del vicepresidente venezolano se entrevistó en diciembre en la Casa Blanca con el jefe para América Latina en el Consejo Nacional de Seguridad, Ricardo Zúñiga.

En las conversaciones, llevadas a cabo por Roy Chaderton, embajador venezolano ante la Organización de Estados Americanos (OEA), se pusieron varias cuestiones sobre la mesa. La de mayor trascendencia política, de acuerdo con fuentes venezolanas conocedoras de los contactos confidenciales de Chaderton con la Casa Blanca y el Departamento de Estado, es el posible regreso de la DEA, la agencia estadounidense contra la droga, a Venezuela.

Sobre la recomposición de relaciones también trató directamente el propio Maduro con Roberta Jacobson, responsable del Departamento de Estado para el Hemisferio Occidental, en una conversación telefónica realizada en noviembre, con mención expresa al asunto del narcotráfico.

En el marco de la sucesión de Chávez, la aceptación de esta vieja aspiración de Washington podía suponer una amenaza para Diosdado Cabello, presidente de la Asamblea Nacional, a quien la DEA apunta en sus investigaciones como presunto gestor de la red de narcotráfico en el que se encuentran implicados varios generales y otras altas autoridades del país.

El propio Cabello, como ya desveló ABC hace unas semanas, hizo llegar a la Casa Blanca, a través de la embajada de Estados Unidos en Caracas, un mensaje informal de disposición a algún trato para esquivar el dedo de la DEA, presentándose como el líder venezolano que ni quiere a los cubanos ni estos le desean, frente a un Maduro que cuenta con el pleno beneplácito de La Habana. En la reunión de la Casa Blanca, a la que también asistió Kevin Whitaker, subscretario asistente para Asuntos Hemisféricos del Departamento de Estado, se habló por comenzar con una visita discreta y de bajo perfil de un representante de la DEA a Caracas para mantener una reunión con la Oficina Nacional Antidrogas (ONA) venezolana.

Otros puntos de negociación son permitir que representantes de la administración de aeropuertos de Estados Unidos puedan visitar Venzuela para certificar los aeropuertos del país caribeño, y la admisión de que los diplomáticos estadounidenses en Venezuela puedan importar los vehículos brindados que solicitan para su seguridad.

Se trata de pasos previos, que al parecer ambas partes se comprometieron a dar con discreción, que deberían llevar al intercambio de embajadores. Mike Hammer, subsecretario de Estado de EE.UU. para Asuntos de Prensa, expresó en diciembre el deseo norteamericano de ese intercambio. “Creemos que eso proporciona una oportunidad de tener un diálogo más próximo”, manifestó. A Estados Unidos le interesa afrontar el postchavismo con máxima representación en Caracas. A finales de 2010, EE.UU. retiró el visado al entonces embajador venezolano en Washington, Bernardo Alvarez (ahora en Madrid), a raíz del veto de Caracas al embajador que la Casa Blanca había designado para ese país. El Departamento de Estado ha expresado su interés en que el intercambio puede llegar a producirse.

Los contactos de Chaderton en Washington se han visto perjudicados en algún momento por unas declaraciones críticas de Obama hacia el régimen venezolano, si bien las autoridades estadounidenses han transmitido a su contraparte que simplemente reflejan una conocida posición en la que no hay ninguna beligerancia añadida.

También el columnista Andrés Oppenheimer se hacía eco el lunes en el «Miami Herald» de una conversación telefónica entre Chaderton y Jacobson sobre la aproximación diplomática entre ambos países, con mención expresa de la DEA. Oppenheimer presentaba en parte la operación como un deseo de Maduro de «consolidar su liderazgo en casa», «quizás por sugerencia de Cuba», que tiene experiencia de sobrevivir gracias a no plantear peleas excesivas contra EE.UU.

Las mencionadas fuentes con conocimiento del encuentro en la Casa Blanca se lamentan de que la Administración Obama esté dando este paso de acercamiento al régimen chavista «debido a la inexistencia de la oposición venezolana en los medios políticos de Washington, donde literalmente no existe y donde nunca envía a nadie. «No van al Congreso, no hablan con demócratas ni republicanos, y los chavistas les toman la delantera», aseguraron.


tomado de por favor entre aqui 








¿Legitimará el Departamento de Estado a un régimen narco-autoritario en Venezuela?



Mientras el presidente venezolano Hugo Chávez permanece en Cuba recuperándose de una cirugía de emergencia, las facciones rivales dentro del movimiento izquierdista del líder venezolano, Hugo Chávez, están maniobrando para mantenerse en el poder en el futuro previsible. En este momento crítico, en lugar de presionar al sucesor de Hugo Chávez para obtener avances en la lucha contra el narcotráfico y el fortalecimiento democrático, los diplomáticos están conspirando secretamente para normalizar las relaciones diplomáticas con Caracas. Esta medida otorgaría la bendición de la Administración Obama a un régimen criminal, autocrático y anti-americano.

Hugo Chávez interrumpió su estancia médica de emergencia en Cuba el pasado fin de semana para volver brevemente a Venezuela, donde declaró a Nicolás Maduro como su sucesor. Después de ocultar la gravedad de su estado durante dos años, Chávez reconoció que podría no recuperarse por completo después de la cirugía que se le realizaría en la Habana e imploró a los venezolanos que escogieran a Maduro como su sucesor.

Los críticos han tratado de menospreciar a Maduro debido al hecho de que comenzó su carrera como un conductor de buses. Sin embargo, se ha desempeñado como miembro activo de la Asamblea Nacional y, durante los últimos seis años le ha dado vueltas al Departamento de Estado de los EE.UU. como ministro de relaciones exteriores. Maduro ha desarrollado una intensa relación personal con Chávez y su familia durante el prolongado tratamiento contra el cáncer que el actual líder venezolano recibe en La Habana. Chávez, sus asesores cubanos y otras personas de su círculo íntimo consideran que Maduro tiene la mayor probabilidad de establecer una conexión con las mayorías pobres del país ante el escenario de una elección anticipada para elegir un sucesor presidencial. Descrito en los medios internacionales como “afable”, Maduro está a punto de convertirse en el testaferro de un régimen peligroso.

Uno de los posibles rivales de Maduro es Diosdado Cabello, un ex militar que ahora es el presidente de la Asamblea Nacional y el vicepresidente del partido socialista gobernante. De acuerdo a testigos bien situados que actualmente están colaborando con la justicia americana, Cabello lidera un poderoso grupo conformado por decenas de oficiales militares retirados y en servicio activo que se encargan de mover toneladas de cocaína a través del territorio venezolano. Estos hombres – incluyendo al ex ministro de defensa, el general Henry Rangel Silva, y el jefe del Ejército, el general Cliver Alcalá – nunca correrán el riesgo de perder el poder y tener que rendir cuentas por sus crímenes. Independientemente del respaldo inequívoco de Chávez a Maduro, no está claro si Cabello responderá a Nicolás Maduro y el liderazgo civil promovido por los intereses del régimen de Fidel Castro.

Dado que los médicos cubanos le dieron a Chávez un diagnostico de cáncer terminal hace 18 meses, los hermanos Castro han estado preparando a un sucesor que les continúe proporcionando los $3,5 mil millones en petróleo y asistencia que le son otorgados al desesperado régimen cubano cada año por el gobierno de Chávez. El problema de los cubanos es que Cabello está al tanto de que Fidel Castro fue el que ideó su descenso a la política estatal en el 2004, debido en parte al hecho de que Cabello había amasado una importante fortuna a través de una serie de actos de corrupción. El retorno de Cabello a los puestos clave que ocupa en la actualidad fue orquestado por los narco-generales en enero a forma de póliza de seguro una vez que la enfermedad de Chávez amenazó la continuidad del régimen.

Lamentablemente, la oposición democrática tiene pocas cartas para jugar – después de haber pasado los últimos 18 meses compitiendo en un proceso electoral amañado en el que no tenía la posibilidad de ganar. Si a la muerte de Chávez se convocan elecciones anticipadas, incluso una oposición unificada no podrá superar las elecciones al estilo casino de Venezuela, en las que la casa siempre gana. Mientras los enviados de Maduro están tratando de abrir camino en Washington, la oposición no tiene presencia o perfil fuera de su país.

La dura realidad es que el gobierno autocrático de los chavistas puede subsistir por décadas bajo el liderazgo de Maduro, Cabello, o ambos. Sus principales desafíos nacionales serian los problemas económicos y la crisis de seguridad pública provocada por más de una década de autocracia, corrupción e incompetencia. Si el gobierno chavista puede amortiguar la caída de la economía al silenciosamente levantar las restricciones contra el sector privado y restablecer la independencia de la policía y de los tribunales penales, se podría mantener en el poder sin dejar de negar los derechos políticos fundamentales.

El tendón de Aquiles de un régimen de transición chavista será la criminalidad de Cabello y la cúpula militar. Sin embargo, eso solo importará si las agencias de aplicación de la ley y los fiscales finalmente avanzan los procesos para acusar a los capos militares por sus vínculos con el contrabando de drogas y el narcoterrorismo. Es aquí donde el apresurado y descuidado esfuerzo del Departamento de Estado de los Estados Unidos para normalizar las relaciones bilaterales podría tener un efecto pernicioso.

De acuerdo a mis fuentes venezolanas, la secretaria de Estado adjunta, Roberta Jacobson, sostuvo una conversación con Maduro a principios de este mes en la que se discutió el intercambio de embajadores por primera vez desde el 2008. Los chavistas creen que esta medida constituiría el paso final para la consolidación de un sucesor chavista. El lunes, el subsecretario adjunto de Estado para Sud América, Kevin Whitaker sostuvo una reunión discreta en Washington con un miembro del Consejo de Estado de Chávez, el embajador Roy Chaderton, para trazar los pasos a seguir.

Un acercamiento incondicional puede socavar los esfuerzos para procesar a altos funcionarios venezolanos por su involucramiento en el narcotráfico. Quizás los líderes del Congreso de los EE.UU. insistirán en que los Estados Unidos no reconocerá al sucesor de Chávez hasta que este se comprometa a adoptar reformas democráticas y a colaborar con las investigaciones antidroga de los Estados Unidos. Si no actuamos pronto, puede que a los diplomáticos de carrera se les conceda su deseo de normalizar las relaciones con Caracas, aun cuando esto signifique conferir legitimidad a un régimen peligroso y antidemocrático en Venezuela.


ROGER NORIEGA
El autor fue subsecretario de Estado adjunto para asuntos del Hemisferio Occidental y embajador ante la Organización de Estados Americanos en la administración del presidente George W. Bush (2001-2005) y es un investigador visitante en el American Enterprise Institute. Su firma, Visión Américas LLC, representa a clientes estadounidenses y extranjeros.


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